hipoplasia dental

Las carillas dentales, antes y después: una comparación del estado de los dientes, fundamentalmente en el sentido estético, nos da la clave de la gran calidad de este tratamiento. Los llamados sistemas restauradores cerámicos carentes de un núcleo de metal han ido avanzando considerablemente en las diversas piezas dentarias gracias al saber y tesón de los especialistas odontológicos. Además, ello puede ya realizarse con alteraciones ciertamente mínimas del tejido del diente.

Tales progresos que se han venido experimentando en este ámbito, por lo tanto, son ya una garantía de la perfección técnica que se ha ido alcanzando en esta modalidad restauradora de las piezas dentarias. En la actualidad, vivimos en una sociedad en que la obsesión por las apariencias estéticas ha ido en notorio aumento. Por esta razón, las técnicas de índole estética tienden paralelamente a irse desarrollando cada vez más.

Qué son las carillas dentales

Las carillas dentales son finas láminas de material cerámico (concretamente de porcelana), que se adhiere a la superficie de los dientes mediante resina composite, con una finalidad esencialmente estética. Tanto por su aspecto estético como por su durabilidad, es considerado uno de los métodos de reconstrucción indirecta más satisfactorios.

Las carillas dentales con composite pueden ser de muy diversos tipos se instalan en función de las piezas específicas que se van a tratar y el estado y situación de estas, así como de los males concretos que padece el individuo en cuestión. Las carillas dentales, antes y después, se deben, pues, a una serie de motivos bien establecidos por los especialistas.

Las razones de poner carillas dentales

• Diastemas. Esta causa de instalación de carillas dentales incluye a pacientes que padecen maloclusión, diferencias en el tamaño de piezas dentarias, o dolencias periodontales. Se debe tratar con ortodoncia, pero si este tratamiento no es aceptado por el paciente, entonces se recurre a las carillas.

• Tinciones dentarias, o lo que es lo mismo: manchas en los dientes. A su vez, la razón más común de estas son las bacterias y hongos ocasionados por una mala higiene bucodental, malnutrición o desnutrición, tabaco, café, determinados medicamentos (tetraciclinas), determinados colutorios dentales (uso reiterado y prolongado de clorhexidina), etc. Cuando tales manchas o tinciones han alcanzado un grado suficiente de gravedad y no pueden eliminarse ni tan siquiera con cepillados especiales, es cuando se recurre a las carillas.

• Dientes conoides. Se trata de una malformación dental en que los incisivos laterales superiores tienen una forma cónica. Para tratarla con carillas, estas han de poseer una gran anchura, para cerrar los espacios interproximales: es decir, el espacio entre las diversas piezas dentarias.

• También las llamadas malposiciones moderadas, en que los dientes están mal situados y la ortodoncia no es aceptada por el paciente o no es suficiente para corregir para corregir este problema.

• Dientes deciduos. Se trata de una anomalía dentaria un tanto inusual o inhabitual. Se trata de que los caninos quedan incluidos en el paladar y no han erupcionado con normalidad, por lo que su posición anormal en relación con las demás piezas del arco dentario y piezas adyacentes, provocan un efecto estético poco favorecedor.

• Fracturas de los dientes. He aquí otra de las causas más habituales de este tratamiento. La fractura del diente puede repararse por medio de la carilla de porcelana con composite. Incluso se puede llegar a reproducir el comportamiento biomecánico del diente en estado intacto, por lo que se considera una terapia efectiva también en términos funcionales.

Las carillas dentales suscitan opiniones generalmente favorables, pues se trata de una terapia duradera en el tiempo y con una agresión mínima al tejido de las piezas dentarias. Las carillas dentales, antes y después, son un tratamiento que es ejercido con gran conocimiento por la Clínica Dental Nieto y Llorens.